La última semana de noviembre del 2019 traía consigo un evento sin precedentes para el fútbol en nuestro país. La CONMEBOL, solo algunos días atrás, había designado a Lima como ciudad sede para albergar la final de la Copa Libertadores que, por primer año, se jugaba a un solo partido. Pese a la elección de Santiago, problemas en la capital chilena forzaron a cambiar la decisión. Entonces el Monumental sería el histórico escenario de un partido que enfrentaría a dos de los equipos más populares no solo del continente, sino del mundo: River Plate de Argentina y Flamengo de Brasil.

 

Con la experiencia de organizar los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos solo algunas semanas atrás, Lima aún tenía la resaca de haber sido tal vez la mejor sede del deporte en el continente en toda la historia. Esto, sumado a que aún se tenía algo de la infraestructura y logística, hizo que el poco tiempo de anticipación no sea inconveniente para llevar a cabo el partido más importante del fútbol de clubes en Sudamérica.

 

El reto era inmenso, y tenía que escogerse un estadio inmenso. El Monumental de Ate, donde Universitario hace las veces de local y que en múltiples oportunidades fue la ‘casa de la Selección’, era ideal para este tipo de partidos. Decenas de miles de brasileños y argentinos, sumados a la cantidad de fanáticos peruanos, se apotarían en las tribunas y palcos, construídos y diseñados para soportar a 80 mil almas.

 

?? ¡Una final inolvidable! Cada segundo, cada detalle, cada instante quedó en la historia. ¡La #GloriaEterna es de #Flamengo! @FutbolSantander pic.twitter.com/MZypC4KFqf

— CONMEBOL Libertadores (@Libertadores) November 24, 2019

 

Hoy, 2 de julio, el Monumental cumple 20 años desde su fundación, con aquel partido entre Universitario y Cristal. 20 años en los que también fue testigo de uno de los goles más gritados por los hinchas de la selección, en aquella escapada de Vargas que terminó con Fano marcándole a Argentina en septiembre del 2008. Pero también vio a una generación de jugadores jóvenes de la ‘U’ ganarle a Boca Juniors en la primera Copa Libertadores Sub 20, realizada integramente en Lima.

 

Si hay que añadirle otro hito trascendental, este estadio escuchó a Paul McCartney cantar por primera vez en Lima, allá por mayo del 2011, en el que sigue siendo el concierto más caro y uno de los más multitudinarios de nuestro país, con más de 50 mil personas repartidas en tribunas, palcos y la misma cancha.