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Las claves del histórico triunfo de Sporting Cristal ante Nacional, que ahora espera por Huracán o Boston River

Desde la década de los 90 que Sporting Cristal no remontaba una llave de Copa Libertadores. Ayer en el Nacional lo hizo ante Nacional y espera por Huracán o Boston River

Por Pedro Uribe

Ayer en el Estadio Nacional de Lima se dio una de esas grandes noches de Copa Libertadores: la 'Casa de la Selección' albergó a poco más de 17.000 hinchas 'rimenses', que se hicieron sentir y jugaron su partido aparte. En lo estrictamente deportivo, Nacional de Paraguay llegaba con la confianza de haberse quedado con un triunfo alentador por 2-0, pese a no haber demostrado mucho más que Cristal.

Tiago Nunes planteó más de una variante en relación al cotejo en Asunción: a la cancha Jostin Alarcón por Yoshimar Yotún (lesionado); lo propio con Brenner, quien arrancó en el centro del ataque por Irven Ávila y Washington Corozo por Alejandro Hohberg.

El plan era claro: profundidad y contundencia para darle vuelta a la llave. Pero no todo arrancó bien para el conjunto bajopontino. Las ganas estaban, el fútbol no. Momentos de lucidez y desparpajo de Alarcón -quien hizo su debut en Copa a los 20 años- alentaban las ansias de equiparar las acciones ante los guaraníes, quienes se mostraron cómodos esperando en campo propio, sabiendo que de pelota quieta alguna les podía quedar.

Leandro Sosa no aprovechó las chances que le quedaron: se caía de madura su salida para el complemento. Jesús Pretell, quien no hizo un mal partido, recuperaba balones, pero no terminaba de conectar sus pases largos con la hondura justa para romper el candado defensivo impuesto por Pedro Sarabia. Aunque todo daría un giro de 180° en la segunda parte.

A Nunes no le tembló el pulso e hizo los cambios que tenía que hacer: Távara por Pretell para encontrar ese pase y Ávila por Sosa para generar mayor peligro y acompañar mejor a Brenner (quien se dedicó a chocar y ganar segundas pelotas) en ofensiva. Al técnico brasileño las variantes le pagaron en automático.

A los 46', la conexión Távara-Ávila rompió el cero. Un extraordinario pase largo del '25' derivó en los pies del 'Cholito', quien aguantó la marca paraguaya, escondió el balón hasta el momento justo para definir con sutileza y vulnerar la valla de Héctor Espíndola, figura en el Defensores del Chaco hacía una semana. La jugada, a más de uno, nos hizo recordar aquel nexo entre Miguel Trauco y Paolo Guerrero que tanto funcionó en la 'Blanquirroja' de Ricardo Gareca.

Pero no era suficiente. Cristal debía aprovechar el envión, cuando llegó un mazazo que parecía definitivo. Gustavo Caballero, un minuto después, silenció el Nacional con un misil teledirigido que sorprendió a Renato Solís y al estadio entero. Sin otra opción de gol clara en todo el partido, el 'Tricolor' -de la nada- volvió a tener ventaja de dos goles. Los fantasmas que aquejan al fútbol peruano en los últimos tiempos volvían a asomarse.

En vez de venirse abajo, los de Tiago no cayeron en desesperación y mostraron una cara distinta. El gol del 'paragua' no trajo a bajo a Cristal, que todo lo contrario, empezó a ser más incisivo. Ignácio y Jhilmar Lora, desde atrás, tomaban la lanza para que SC apriete más arriba. El lateral derecho, a los 67', se inventó una acción propia que lo llenaría de confianza para lo restante. Perdió un balón, pero lo recuperó de inmediato y sacó un 'globito' hermoso, muy bien aprovechado por Irven Beybe. Ávila ¡de cabeza! se hizo gigante y ganó a su marca para poner el 2-1.

A partir de ese gol, Cristal se fue en tromba. Crecieron aún más las individualidades, que generaron en el colectivo un ritmo frenético: ganas de ganar el partido, con sus formas. Prueba de ello fue el gol del capitán sin cinta que tuvo el cuadro del Rímac: Ignácio. El central brasileño, cuya presencia era algo que Cristal adolecía por muchos años en su zaga, definió como '9' cuando le quedó un balón (no muy cómodo) en el borde del área. 3-1 en 74' para delirio de las gradas.

Aún faltaba más. Pero antes ingresarían Adrían Áscues -de nuevo un ingreso positivo para el exMunicipal- por Alarcón ya sin piernas, y Leonardo Díaz (el más joven de la cancha con 18 años) por un fatigado Nilson Loyola. A los 89', se dio la pintura de la Libertadores hasta la fecha. Lora recibió un pase profundo de Ignácio, controló de forma orientada y sacó un remate que parecía centro, pero que no lo fue. El lateral derecho colgó a Espíndola y el Nacional explotó de júbilo. El detalle, que personalmente me hace pensar que fue tiro al arco, más allá de las declaraciones posteriores del defensa, fue cómo torció el tobillo para buscar la épica. Y le salió.

La cereza del pastel la puso el ecuatoriano Corozo, que no había hecho un buen partido, pero que volvió a demostrar por qué es un arma de cuidado en la oncena del extécnico de Paranaense y Gremio. Tras recibir una gran cesión de Ávila, aprovechó su potencia, tuvo la paciencia necesaria para no desesperarse, sacarse al arquero y definir a placer. 5-1 a los 90'+5 y noche redonda. Noche necesaria. Para Sporting Cristal, para el fútbol peruano.