Negociar: el mejor camino que pueden tomar Lionel Messi y el FC Barcelona
El 14 de agosto se terminó de romper algo que venía desgastándose con el tiempo. Aquella triste noche lisboeta veía caer al Barcelona a, probablemente, el agujero más profundo de su historia. Con el – para muchos – mejor jugador de la historia como capitán y timonel del equipo, la relación entre Leo Messi y el club tomaba un camino de no retorno. Ese imborrable 2-8 contra Bayern no solo significó una humillante eliminación de la Champions League, sino probablemente el último partido del argentino con la camiseta ‘blaugrana’.
Mucho ha transcurrido, entre tiempo y declaraciones, desde aquel viernes fatal en Portugal. Que Messi se va del Barcelona es cada vez menos un rumor y cada vez más una realidad, aunque en las calles de la Ciudad Condal no haya resignación aún a esta posibilidad. El silencio de todas las partes involucradas en este caso no hace más que alimentar el morbo y la curiosidad por saber si es que Leo se va del fútbol español.
La polarización en este caso es absoluta. Hay quienes están a favor de Messi, a favor de que sea él el dueño de su destino y arquitecto de su futuro, sea un año más en Barcelona o en el City de Guardiola y que, está de más decirlo, tienen como enemigo principal a Josep Maria Bartomeu, presidente del club. Luego hay otro sector que, si bien es cierto no están “a favor” de Bartomeu, no ven con buenos ojos la posición del ‘10’ argentino, sus decisiones y mucho menos su silencio.
Pero, ¿cuál es el futuro que se pinta para el equipo y el jugador? Tal parece que todos los puentes para una eventual continuidad se han roto. El principal inconveniente que se presenta para analizar este caso es la poca información que se tiene sobre el contrato. La reserva absoluta con la que se ha manejado todo el tema contractual con Messi desde hace algunos años ya hace que toda la información que se tiene no superen el nivel de la especulación.
Dentro de ese marco, hay puntos en los que parece que muchos – por no decir “todos” – coinciden. Messi tiene una cláusula en la que puede romper unilateralmente su contrato en un tiempo y vigencia establecidos, y que la cláusula para rescindirle el vínculo supera los 700 millones de euros. La primera antes mencionada especifica que el rosarino tiene un tiempo de diez días, al final de cada temporada, para definir si es que sigue o no en el Barcelona. Esta cláusula cobra valor y vigencia porque sería una muy similar a la que firmaron Xavi Hernández y Andrés Iniesta, quienes dejaron el equipo sin dejar un solo centavo para irse a Qatar y Japón, respectivamente.
La pandemia, la cuarentena y el confinamiento entran entonces en escena. Todo lo que se pudo hacer, se pudo planear o estipular hasta antes del coronavirus tiene que dar, en muchos casos, un giro de 180° a causa de la nueva normalidad y la reanudación de actividades como el fútbol. Los departamentos legales deben trabajar para aplicar las cláusulas de todos los contratos de una manera justa, considerando que hubo una para importante de actividades desde quincena de marzo hasta quincena de junio.
De acuerdo con la informción que maneja la prensa internacional, el 10 de junio del 2020 vencía plazo que tenía Lionel Messi para decidir continuar en Barcelona o dejar el club sin un solo euro. Aquí comienzan las interpretaciones, pues ya sea en la fecha de junio o en la que correspondería para agosto, comienza a tomar más protagonismo la cláusula de rescisión y el astronómico monto de 700 millones de euros.
Ni el silencio de Messi ni la posición de Bartomeu han ayudado a encontrar una salida por lo menos “amistosa” del argentino o una eventual – aunque muy remota continuidad. Según todos los expertos, lo único que queda por hacer a estas alturas es sentarse y negociar por el bien y el futuro de ambas partes. Esta historia parece tener aún más capítulos por venir.