En octubre de 1990, hace casi 30 años, las dos Coreas se enfrentaban en Pionyang por última vez hasta hoy. Ambos países, que mantienen aún su postura de guerra por los últimos 70 años, jugaron en el estadio Kim Il-sung por las eliminatorias asiáticas para Qatar 2022 en un partido histórico pero con un marco desierto de gente y que acabó con un magro empate 0-0.

El radical régimen de Kim Jong-un en Corea del Norte decidió ni siquiera transmitir el partido por televisión en vivo, así como que se juegue a puertas cerradas, prohibiendo el ingreso a los propios habitantes. La casi nula información en tiempo real que llegaba a todo el mundo hizo que se supiera del resultado del encuentro una vez finalizado.

Pero esta no es la primera vez que se polariza a tal extremo un partido de fútbol. Sin ir muy lejos, el 5 de septiembre se jugó, también en Pionyang, una jornada de las eliminatorias contra Líbano. El partido terminó 2-0 a favor de los locales, pero recién se pudo pasar el partido por televisión un día después.

La actualidad política de ambos países:

Hace poco más de un año, tanto Corea del Norte como Corea del Sur, a través de sus gobiernos, tuvieron un acercamiento diplomático que se vio estancado por la postura de los primeros. Esto a raíz de la falta de avances que se venían dando en las negociaciones con Estados Unidos, principal socio de Corea del Sur, sobre su desnuclearización.

Esta situación generó que el el país del norte optara por emitir visados solo para el cuerpo técnico y jugadores surcoreanos – además de la terna arbitral – pero no para aficionados o periodistas procedentes de Corea del Sur, ni tampoco para derechos o equipos para la retransmisión televisiva del evento. Pero, según trascendió, quien sí obtuvo un salvoconducto para estar presente fue Giani Infantino, presidente de la FIFA, quien podía estar en el palco del estadio.