El 4 de julio del 2014 se vivió una de los ‘momentos visagra’ del Mundial de Brasil. Durante el partido de cuartos de final que enfrentaba a la selección anfitriona y a un gran equipo colombiano, un golpe aparentemente leve dejó a Neymar tirado en el terreno de juego, sin poder moverse, ante la mirada de sus compañeros. Fue un rodillazo en la espalda hecho por Camilo Zúñiga, ocasionándole una fractura lumbar en la tercera vértebra, con la que se perdería varias semanas de actividad. El desenlace fue ya conocido: tras eliminar a Colombia, e*l siguiente rival fue Alemania – eventualmente campeón – y el resultado fue este inolvidavle 1-7*.

► Perú y Venezuela juegan este sábado su primer partido de la Copa América

La etapa del brasileño en el Barcelona ha sido, con algunos matices, más que buena. Siendo uno de los goleadores del equipo y con una sociedad inquebrantable con Lionel Messi y Luis Suárez, ganaron torneos domésticos y una Champions League. Pero entre los años 2015 y 2016, una lesión en los abductores lo mantuvo al margen de poder practicar fútbol por durante casi 3 meses, algo que no fue bien recibido en la directiva de los ‘blaugranas’.

Ya en su nueva etapa como jugador – y estrella máxima – del París Saint-Germain, ‘Ney’ fue el encargado de llevar todo su talento al equipo francés carente de éxitos internacionales. Pero las lesiones lo siguieron y la pesadilla del tobillo derecho comenzó en febrero del 2018. Durante un partido por la Copa de Francia contra el Olympique Marsella, se torció el mencionado tobillo, quedando varias semanas de para, perdiéndose el partido de vuelta contra Real Madrid.

11 meses después, y por el mismo torneo, jugaba el PSG contra Estrasburgo. Una desafortunada jugada volvió a terminar en una torcedura de tobillo. Los tres meses de para se cruzaron con los partidos de su equipo contra Manchester United por la Champions League, los mismos que terminaron con la eliminación de los franceses en octavos de final.

Finalmente llegó el momento de la última lesión. Durante el partido amistoso de Brasil contra Qatar, jugado el último 5 de junio, y a 9 días del inicio de la Copa América, el mismo bendito tobillo derecho se volvió a torcer. Nuevamente el diagnóstico no es para nada alentador: de 2 a 4 meses fuera de cualquier actividad y – evidentemente – descartado para el torneo del que su país era anfitrión.